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“…Me he negado por tercera vez a recibir al capellán. No tengo nada que decirle, no tengo ganas de hablar, lo veré después. En este momento me interesa escapar del engranaje, saber si lo inevitable puede tener alguna salida. (...) cuando me tiendo, veo el cielo, y no veo más que el cielo. Todos los días transcurren mirando en su rostro el declinar de los colores que llevan del día a la noche. Acostado, pongo las manos debajo de la cabeza y espero. No se cuántas veces me he preguntado si habrá ejemplos de condenados a muerte que se hayan librado del engranaje implacable, desaparecido antes de la ejecución, roto el cerco de los agentes. Me he reprochado ahora el no haber prestado suficiente atención a las narraciones de ejecuciones. Uno debería interesarse por estos temas. Nunca se sabe lo que puede ocurrir. (…) Me hubiera enterado, de que, en un caso por lo menos, la rueda se había detenido; de que en su precipitación irresistible, el azar y la posibilidad, por una vez, al menos, habían cambiado alguna cosa. (…) Sabía que vendrían al alba. En suma, pasé las noches esperando el alba. Nunca me ha gustado ser sorprendido. (…) delante de esta noche cargada de signos y de estrellas, me abría por primera vez a la tierna indiferencia del mundo. Al encontrarlo tan parecido a mí, tan fraternal, en fin, comprendía que había sido dichoso y que lo era todavía. Para que todo sea consumado, para que me sienta menos solo, me quedaba esperar que el día de mi ejecución haya muchos espectadores y que me reciban con gritos de odio”
. El extranjero – Albert Camus
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2 comentarios:
Super interesante tu blog ,un rato para para pasar después de despertar de este año nuevo.
...y espero que vuelvas...
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