
"...amo como ama el amor..." Fernando Pessoa
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¿Sabés? Hoy estoy monocromática y sin estilo ni para pensar. Los rayos cuelgan de todos los alambres que tanto emparchamos. Me gusta verte percibiendo el poema que mis ojos te descubren. Somos un ensamble de terceto benefactor para construir, para gozar, para ir peldaño tras peldaño unidos entre incertidumbres y preguntas. Huelo tu piel y respiro por los poros hacia adentro, hasta el tuétano de tu existencia. Dejo mi follaje moreno sobre tu espalda para que nos hablemos desde la raíz de los deseos. Busco tu cuello para que me mimes, para que me beses, para que quiebres mi cintura en tus brazos. Y suelto todos mis pájaros a volar porque me gustan tus pisadas, tu ternura, tu manera viril de no quejarte. ¿Sabés? Me gusta mirarte cuando no me ves, cuando nuestro fruto maduro de meses se ríe acompasando tus cantos, tus brebajes de miel, tus luchas empecinadas. Todo tiene aires de buenaventura pero tengo un dolor que me hurga las entrañas y es la manera complicada de mirar, la manera extraviada de querer creer en un país sin tanto duelo, sin tanta hipocresía, sin tanto enfrentamiento. ¿Sabés? Me dijeron que la policía macrista en cualquier momento entra a los palos, porque con eso se retroalimentan, se masturban, se excitan. Y nosotros dos seguiremos hombro a hombro yendo a repudiar lo aberrante, lo que excede –por opuesto- al sentido común, lo que ultraja a toda nuestra sociedad. ¿Sabés? Vos y yo estamos unidos también por el mismo desencanto, ese que intentás alejar con tus manos revoloteando entre nota y nota, ese que intento olvidar entre agobios cotidianos que me hacen escribir a modo de confesión. Es bueno tenerte, muy bueno. Pero también es bueno mirarnos en el contrapelo de la derecha, para huir y siempre por calles colaterales, esas, las de la libertad. ¿Sabés? Me dijeron que la manifestación del Jueves que viene huele a turbio, huele a grupos infames que se van a colar para autogestionar cualquier óbito presidencial. Y vuelve el miedo, el otrora miedo con otra fisonomía, con otros discursos, urdiendo el mismo fin. Pero ¿Sabés? Acamparé toda mi pobre templanza a la vera de tus máximas ilusiones, como siempre.
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