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11 de marzo de 2011

encastre


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“Miá mamá” me dijo mi hijo frente al televisor que mostraba el azote del océano en Japón. Me acerqué a él para distraerlo, le conté que el mar vuela como lo vio este verano en la playa y sigilosamente obturé el botón de apagado y me puse a jugar con él en el piso. Ay mundo querido ¡Cómo te están doliendo los hedores humanos! Me asusta que vociferes así, que tu queja nos ensordezca hasta el desmayo y la muerte y que no sepamos -por tarde- el exacto origen de la primigenia furia. “Ete va acá”, -Si, le dije con alegría y aplaudí su inteligente encastre. El se rió mucho, de placer. Su entusiasmo era el dínamo en reversa de tanto espanto en una sola jornada. Los colores de las piezas eran tan vibrantes como mi alerta y mi angustia. Hace un tiempo, mundo querido, le dimos nombre a esas marejadas producto de tus terremotos ¿Está bien que los denominemos tsunamis? Me confundo y no se que piezas faltan para terminar con este horroroso juego de no saber en qué te convertirás. “Acá”, -¡Si!, le dije nuevamente porque su dicha era el reverso de mi tristeza. Habíamos terminado con todas las piezas en el lugar indicado y ¿Sabés mundo? Sólo atiné a besarlo, traerlo a mis brazos y enroscarlo con mis extremidades para que ni un poco de aire nos separe, porque si por mí fuera te prometería que aún estamos a tiempo para que sea posible convivir sobre tu lecho redondo, versátil y amorosamente templado.
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22 comentarios:

Darío dijo...

Es terrible, simplemente, sin palabras. Sólo dan ganas de abrazarse con lo amado.

Anónimo dijo...

La naturaleza y su furia que nos pasa facturas. Y sí, aferrarnos a lo que amamos es un bálsamo ante tanta angustia. También debería servir para que tomáramos conciencia de nuestra insignificancia. Pero no sé. Cuando vi que los canales estaban sólo con ese tema, que es terrible por la cantidad de muertos, por cierto, hice lo que vos y apagué la tele. No por evasión, sino porque había un regodeo en la tragedia que me dejó espantado.

Beso grande

La condesa sangrienta dijo...

Cuenta Eduardo Galeano que un padre quiso llevar a su hijo, que no conocía el mar, a descubrirlo: "Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura. Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre: – ¡Ayudame a mirar!"
Hoy deberías pedirle a tu niño que te ayude a mirar con sus ojos inocentes de todos los miedos.
un beso

Syd dijo...

Es imposible que el corazon no se encoja al saber de estos desastres, tener a un niño cerca y no saber ni como explicarles que eso es en gran (enorme) parte, culpa nuestra y que eso sera lo que les dejamos.

Pero vamos, explicandoles quiza tengan tiempo y aprendar a convivir donde nosotros fallamos.


Un besote señorita!

Moscón dijo...

Me duelen los infortunios inponderables,casi que me consuela saber que es así.Pero los que me duelen hasta el grito de bronca y asco son los evitables,los millones de muertos y hambreados programados por los sicópatas del poder.
La muerte no me molesta,mientras nosotros somos,ella no es;y cuando ella es,nosotros deja mos de serlo.
Me duele el huérfano,no la muerte de sus padres.
Me duele el dolor de las angustias planeadas por los brujos hambrientos de pleitesía y terrenalidad.
Porque a fin de cuentas,como decía Epicuro,"hagamos dichosa,la inevitable mortalidad de la vida"·

vientos de cambio dijo...

tanto miedo como un tsunami me da la televisón.

Patricia dijo...

Ver el mundo reflejado en tus palabras, es duro

Un beso!

Patricia dijo...

Ver el mundo reflejado en tus palabras, es duro

Un beso!

. dijo...

creo q no hay detalle mejor.. que el de intentar que ni un poquito de aire nos separe no pretendo yo sola salvar el mundo.. pero veo que no soy yo sola.. y quiero q veas q no estas sólo tu con tu chiquito..


somos muchos, los que amamos el viento q roza los álamos.. los que amamamos la lluvia q cambia el olor de la tierra.. los q amamos el sol que nos abriga y guia.. somos muchos los q nos amamos.. no estas sola ♥



nati en www.loca-mente.com.ar

Sergio Fassanelli dijo...

NO voy a decir nada sobre lo que le pasa a la Tierra con nosotros. Solo quiero felicitarte una vez más por la forma en que le ponés poesía al mundo. Texto hermoso. Beso

Leo Felipelli dijo...

Me encanta que seas tan prolífica. Pero más aún me encanta que no sea sólo una cuestión de números, sino que además de ello, sean tan impactantes tus textos. Es alucinante el blog. Y bueno, están pasando cosas muy fuertes y tristes en esta pelota que habitamos. Esperemos no se nos termine de ir al carajo.

Un beso grande,

Leonel

L dijo...

hoy fui a buscar a mi hijo (5 años) veniamos viajando en tren, y me decia: "papá vi en la tele una propagando de un mar que rompía las casas, los kioscos, los helicópteros, los autitos"
me quedé mudo, pocas veces me pasa que no se que decir.
Y esta vez no tuve palabras. entre tanta tragedia y las palabras dulce del chiquitín. Esa inocencia..
en fin....

Manuel dijo...

Estremece lo poco que tenemos y la manera en que lo podemos perder. Te quiero mucho morocha hermosa y me gusta mucho que mi hijo te tenga de madre, sabelo. Eso si, duelen mas tus palabras, escuchando a Amstrong en esta tremenda version. Beso y hasta mañana.

Nagore Ares Amaya dijo...

Cómo duele leerte. Cuánta razón en tan pocas palabras. Menos mal que el mundo es, a la vez, tan maravilloso, que queda esperanza.

Federic dijo...

mió mundo
nuestro mundo

Juanma dijo...

Estupendo relato, Cecilia.
Felicitaciones!

Carlos G. dijo...

Hola!, es mi primer comentario en tu blog (que acabo de descubrir), y, si me guío por tus preferencias y rechazos, no sé si será bienvenido. :)
Tampoco sé si servirá de algo, porque tu post (creo) sale de tu corazón y mi comentario de mi cabeza. (?)
Pero hasta donde yo sé, estas terribles catástrofes y me refiero específicamente a los terremotos y los tsunamis (a mí tampoco me gusta ese nombre)no dependen de la acción humana, ni del calentamiento global, ni de la deforestación indiscriminada, ni del deterioro de la atmófera terrestre, ni del aumento de la población mundial, ni del desperdicio del agua potable, ni de la explotación minera, ni del avance de la desertificación de extensas zonas del planeta.
Sencillamente son circunstancias que están afuera de nuestro alcance (como individuos y como especie).
No pretende este comentario paliar ninguna angustia, ningún temor, por el contrario, estos fenómenos nos muestran tal como somos en nuestra inmensa fragilidad e insignificancia.
Pero abrazar y cobijar a nuestro hijo y darle todo el amor que podamos no es una mala medicina.

efa dijo...

muy sincera y sentida la promesa del final!
Salud

Costea dijo...

Sus dibujos están llenos de coraje y me hacen sonreír. Volveré en el blog. He añadido la lista de enlaces. Besitos!

julián dijo...

Que increíble, naturaleza! y el juego de los humanos. ¿Sabés mundo? Sólo atiné a besarlo, traerlo a mis brazos y enroscarlo con mis extremidades para que ni un poco de aire nos separe, porque si por mí fuera te prometería que aún estamos a tiempo para que sea posible convivir sobre tu lecho redondo, versátil y amorosamente templado.
Besos y pedimos tregua para seguir

Yoni Bigud dijo...

Seguramente estamos a tiempo, solo falta el intento.

Un saludo.

cleopatra dijo...

A todos nosotros y a todos ustedes que saben que estamos a la deriva desde hace mucho, gracias por comentar, por estar siempre tratando de entender que todo es posible. Espero -y lo se también por ustedes- que deseamos un final a tanto horror.

En honor a los muertos...

Gracias:

-Curiyú

-Horacio

-Condesa

-Syd

-Moscón

-Vientos

-Patricia

-Nati

-Felis

-Salieri

-Menage

-Manu

-Zeru

-Federic

-Juanma

-Efa

-Costea

-Julián

y

-Yoni

(F)