Seguidores

21 de enero de 2009

digo

.
Te quiero decir que en la punta de los dedos se hunden los remolinos. La palma enlazada por los cinco dedos se hace apetecible. Lo que imaginamos cuando apenas alcanzamos a ver dentro de las sombras cóncavas de las extremidades es tan vasto, que podemos cumplir todos nuestros deseos a voluntad. (Por eso no me gustan los guantes. No me gusta vestir el tacto, es allí donde quisiera ser ciega por un ratito nomás, para guiar mis yemas sin abyectas visiones). Pienso que sería día igual aunque cerremos los ojos para espiar mar adentro y veamos oscuridades porque no debe costarnos tanto entender que debajo de todos los ropajes lloramos penas añejas. Y, además, no importa si intuímos que siempre están al acecho para abrazarnos lejos de lo cotidiano, cerca de las distancias, porque nunca es tarde para llorar. Creemos surcar el cénit aunque anochezca. Platicamos letras informes que diagraman palabras. Garabateamos sombras y luces, desde donde estemos. De-le-trea-mos sentimientos. Bosquejamos intenciones, aunque sólo estemos estigmatizando en nuestra anatomía los nombres del pasado Nuestra vida transita el único cuerpo desnudo que se multiplica en varios reflejos, como calcomanías en serie y sin pegar. Todo se condensa y todo se expande a la vez. No hay poesía, ni prosa, ni cuento que sea reflejo de otros espejos y nuestros añicos. .
En fin…te lo quería decir. .
Salerno 22/1/09 pasadas las tres y media de la madrugada

.

Himno de mi corazón .

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He estado ausente últimamente, no físicamente, sino más bien como un autista. Pero te sigo en tu viaje, Cleopatra. Gracias por la felicitación de fin de año, que ahora aprovecho, aunque tarde, para devolvértela. Espero que andes bien por allá. Muy bueno lo de Kerouack y tu digo.
Un beso muy fuerte allá donde estés...

cleopatra dijo...

Y yo te acompaño en esa ausencia interna.

(estoy pisando el mismo continente que vos, así que el allá se convierte en acá...no?)

Un beso enorme y lleno de frío