Un hombre se enamoró perdidamente de una mujer que expandía su belleza desde una fotografía. Esa misma, que, como imagen, se exhibe en el banner de este blog. La persiguió en toda su extensión, sonrió al verla con su sexo y sus senos al desnudo, abrigando otras zonas que para nuestra cultura de occidente pueden andar despojadas de lienzos. Volvía día tras día a observarla, a mirar dentro de su pecho la franqueza de no estar endemoniada. Pero no pudo conseguirla a su lado. No sabía quien era. Sólo su cuerpo estático de grises, era lo que lo consumía y fue por esa misma razón que para tenerla mucho más cerca, adoptó la misma pose, y se hizo fotografiar para lucir, alguna vez, al lado suyo en alguna exposición de elegidos. Sólo que olvidó los grises y no escatimó en señales de vicios. Quiso poseerla en algo y tal vez lo logró.
Ustedes dirán.
"Tomando sol en la Terraza"- Marcos López
Un aporte de mi amigo Felis Nasal
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