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Estaba arremangándose el suéter cuando iba saliendo de la sala del hospital, despeinada y con cara de raro asombro, casi lindando con el estupor. Caminó lentamente por el pasillo lleno de carteles y se dirigió a la salida. Su hijo había muerto hacía instantes, infinitos segundos que no se podían contar porque el tiempo se detuvo a las diecinueve y cuarto de la tarde. Se sentó en un umbral que no va a recordar nunca más. Sintió el sopor de la conclusión de la vida y lloró. Supo que nunca le había dicho lo suficiente. Que había sido muy enérgica y sólo pedía instantes para retrotraer el tiempo y besarlo, abrazarlo y acariciarlo antes de la despedida. Pero es que nunca supo de la muerte prematura. Nunca presintió que vivimos por puro azar. Nunca imaginó siquiera que algún día iba a ser el último día en que lo viera. Así. Trágico. Espeluznante. Desgarrador. Se secó las lágrimas que empañaban la calle con el dorso de su mano y apoyó las dos manos en ambas rodillas. Así. Agonizante. Perdida. Quebrada. Lo buscaba entre la gente que pasaba por la acera. No podía haber sido. No pudo haber muerto. Así. Sin derecho. Sin futuro. Sin esperanza. Se irguió como pudo para contratar el servicio de sepelio y darle digna sepultura. Así. Con flores. Con amigos. Con la daga clavada para siempre. No sabía a dónde se dirigía. Tampoco le importó. Lo mejor de su vida no iba a volver. Cualquier sendero era igual. Así. Rancios. Inhóspitos. Crueles. Cruzó la calle sin mirar. Murió al instante debajo de un colectivo. Del otro lado de la calle su hijo, su único hijo, vociferó de espanto. Así. Contundente. Atroz. Inimaginable. Él corrió a su encuentro debajo de la carrocería. La policía y los bomberos llegaron para labrar las actuaciones. Él se hamacaba en el cordón mientras repetía sin parar –se suicidó, se suicidó, se suicidó. Supo que nunca le había dicho lo suficiente. Rogaba instantes para retrotraer el tiempo y besarla, abrazarla y decirle que siempre la había querido. Su madre había muerto hacía instantes, infinitos segundos que no se podían contar porque el tiempo se detuvo a las diecinueve y cuarto de la tarde. Alzó la vista y miró a los ojos del médico que fue a su alcance para balbucearle –Se nos escapó, se nos escapó. Se secó las lágrimas que empañaban la calle con el dorso de su mano, mientras el cartel del neuropsiquiátrico comenzaba a centellar en luces verdes y azules.
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37 comentarios:
la locura a veces es un destino de salvación ante tanto dolor.
Muy buen texto, Cleo. Un paralelismo espectacular que nos hace pensar y repensar nuestra vida. Un beso
Me gustó la vuelta de tuerca, no la esperaba. Nos hace pensar en como vivimos la ruleta rusa a la que llamamos vida. jeje
besitos =)
Duros temas, la locura, la muerte antes de tiempo. Pero atrapante, una vez más, tu voz escrita.
Los que tenemos hijos nos aterramos de sólo imaginarnos estas historias. No hay manera de comprender el verdadero dolor de una madre ante la muerte de un hijo. Y supongo que la locura es una alternativa para disipar el dolor.
tal cual dijo Mel Blanc.
buen texto, muy fuerte.
beso beso
Desgranas tres temas a cual más doloroso:
La muerte de un hijo. No puedo imaginármelo siquiera sin llorar, tengo dos hijos y nada me dolería más.
La muerte-suicidio de una madre. Ley de vida si es con edad suficiente pero dolor agudo que quiebra. Si es suicidio la pregunta constante de por vida.
La locura. Dolorosa realidad alternativa.
Perdón por la extensión.
Abrazos.
cleopatra, de acuerdo a lo que dice walkiria y felis nasal, esa mujer que cree que su hijo está muerto, esta loca e internada porq el hijo vive no?. Eso pienso cuando decis "su unico hijo". Si esasi, es terrible que las malas interpretaciones lleguen a estas cuestiones de locura, amor y muerte. Siempre excelente. Siempre te leo y me enloqueces! Besos
Qué buenos textos los de tu blog. Te sigo desde hoy :).
Juliano...O la locura es el dolor.
Beso
Querido felis...Exacto, el paralelismo en las dos situaciones, la yuxtaposición y el yerro, siempre el yerro.
Te beso con mucho cariño
Walkiria...Eso, la vuelta de tuerca y el paralelismo que dijo Felis.
Gracias por dejar tu comentario.
:)
Querido, querido Rob...La literatura se basa siempre en los misterios del amor, la muerte y la locura.
Lástima que en este relato Betzaida cree que su hijo está muerto, cuando no es así.
Imponderables que le dicen.
Te beso, te beso
Mel...me sorprendo del giro que han tenido todos los comentarios y refuerzo la idea de que valen más los comentarios de los que nos leen, que lo que escribimos en nuestros blogs.
Pero Betzaida, en mi relato, llega a la locura por creer que su hijo vivo, está muerto.
Saludos y gracias por pasar
Ménage, gracias limmmdo.
Un beso enorme :)
Manolo...desgrano esos temas, pero a partir de un yerro, el que Betzaida haya creído que su hijo estaba muerto, de allí su locura, de allí su muerte que puede ser accidental o voluntaria.
Su único hijo, como regla general, enterrará a su madre.
Un enorme abrazo, maestro.
Don Vito...paso por tu blog.
Gracias por tu visita
Hola Daniel, ¡tanto tiempo!
Eso quise decir.
Gracias por pasar y nos estamos viendo.
Un beso enorme
Keii...gracias!
Beso.
Paso a visitarte :)
Impresionanteee!
http://www.youtube.com/watch?v=JakWLef0uaU
betzaida, la casa del creador, el manicomio! Me quedo con esa analogía. También me quedo acá
Bs Cleo!
Impactante -aunque el adjetivo resulte escaso para tantas sensaciones-. Como la muerte. Como la vida. Como tú.
Y efa bien lo ha dicho. Analogías que se perpetúan como ecos.
Un enorme beso
hacia tiempo que no venia por aquí, pero ya estoy recuperando el tiempo leyendo,no solo este relato que esta muy bueno,sino también los anteriores.
Besos.
Luis
PD: intente responder a la pregunta que me hiciste en los comentarios de mi blog,si queres leerla,pasa por allí ...
muy buenos escritos últimamente, espero poder pasear y detenerme más seguido por acá :)
abrazos
Que fuerte y que bien narrado!
Es un placer leerte Cleo, pensé que te habìas ido?, mejor que no, me pondré al día.
Besos!
=) HUMO
Son muy arrazantes y duras esta historias de vida, pero leerlas ayuda a que todos tomemos el timón de nuestras vidas y la vivamos!!
Gran escrito Cleopatra!!
Un gran abrazo
Muy buena vuelta de tuerca la del final. Me gustó la forma de transitar la locura de la madre y sus momentos finales.
Un saludo.
Gracias efa.
Beso
Manu...ja...a vos las gracias te las doy en casa ;)
(El enlace, el enlace y tu voz y tu voz)
(L)
Greg, gracias y sí...ecos.
Somos ecos.
Besos
Incal, te agradezco que hayas andado otra vez por mi hogar.
Ahora nos vamos a seguir de cerca ¿no?
Pasé otra vez por tu lugar, pero me parece que no es nada-nada fácil.
(Quizás sea una privilegiada por el compañero que tengo, y eso agradezco a la vida)
Re beso
Caminante, te espero siempre...
Un gran abrazo
Sí Humo, es muy fuerte.
Prometo que mi próxima entrada será para elongar el alma y dedicarnos a husmear en las raras sensaciones que nos provocan algunas personas.
Y no me iré.
Beso
Caly, ya vas a ver cuánto más suave es la que viene.
(A veces hay que respirar)
Besososos
Gracias Yoni.
Te beso con el (L)
:)
Describiste todo de maravilla, hiciste sentir la angustia del momento terrible, y despues el final fue enorme, un giro muy bien hecho.
Muy bueno señorita, por cierto, esa imagen de esta entrada... la habras pintado tu? digo por si te gustaria participar en una de mis galerias, como esta:
http://ssydd.blogspot.com/2010/09/galeria-creaciones.html
Mañana publicare otra, si quieres, ya sabes, solo me haces llegar tu imagen :)
Besote cleopatra!
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